E stá desorientado. No comprende nada de lo que sucede a su alrededor. Mueve sus manos en el aire y las mira detenidamente, perplejo. Succiona, mueve, aprieta, gira, grita, babea. Mira con ojos de asombro las moscas que flotan y hacen ruido por toda la habitación. Mira el elegante caminar de una hilera de hormigas. También lo sorprende el mover de una cortina de flores amarillas en la cocina. Come, ríe de los gestos y las muecas exageradas que hace su madre. Para él todo es presente, todo es un ahora. La gente aparece y desaparece a todo momento. Explora toda la casa en cuatro patas. Cada rincón es desconocido, cada rincón es una aventura, su casa parece un laberinto sin fin. Se balancea de un lado al otro. De a poco le queda más lejos el piso. Imita a los seres cercanos y comienza a caminar sobre dos patas. Juega. Inventa. Se convierte en pirata, se convierte en un soldado, inclusive en un aviador. Todo en el patio trasero de su casa. Juega con otros similares. Juega con su vecina
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